En el evangelio del domingo 21 de agosto Lucas ponía en labios de Jesús la siguiente exhortación: “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha”. El paralelo de Mateo es más explícito: “Entrad por la puerta estrecha. Que es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por ella. Y es estrecha la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y son pocos los que lo encuentran”.
Estábamos en la comunidad de Fallarí Isidro, Lola, Carmen, Pilar y yo. Celebramos la eucaristía con una comunidad llena de vida, que cantaba, bailaba, llena de gozo y alegría.
Al comenzar la homilía Isidro preguntó:
- Para vosotros, ¿cuál es la puerta estrecha?
Dicho sea de paso, qué importante es dar la palabra a la comunidad, que ésta –la palabra- no sea acaparada sólo por el sacerdote. Es muy sano e iluminador escuchar la voz del pueblo, porque puedes aprender mucho y llevarte gratas sorpresas.
Una mujer, relativamente joven, alzó su voz al instante y respondió con aplomo y sin titubeos, mientras tenía en sus brazos a uno de sus hijos:
- Para mí la puerta estrecha es que no me llega con el escaso dinero que tengo para alimentar a mis hijos. Ya son dos los que he perdido.
No dijo más. Pero tampoco hacía falta. Tenía el gesto serio y mecía en sus brazos a su hijo, que dormía plácidamente en su regazo. Ella no es teóloga ni tiene estudios. Sin embargo no pudo hacer un comentario más lúcido ni una exégesis(1) más certera. Le brotó del corazón una de esas verdades que sólo Dios pone en labios de sus predilectos, los empobrecidos, los que sufren, los que lloran, los que pasan hambre, porque ellos son los bienaventurados. Así nos lo dice Lucas con su evangelio.
Carmen, enfermera, me comentó al salir de la misa que eran muchos los casos de desnutrición en aquellos parajes.
Lola, forestal, escuchó también los problemas de la comunidad, particularmente de las mujeres. Éstas tenían pequeños huertos, pero al no tener cercado, los animales destrozaban lo sembrado y eso complicaba la alimentación de los hijos.
Carmen y Pilar, enfermeras, están dispuestas, en el proyecto de la nueva misión de Torodí, a sensibilizar a estas mujeres para ayudarlas a mejorar la alimentación, para atender a los enfermos, para acompañarlas en sus dificultades y sufrimientos.
Lola ya tomó medidas, y lo digo literalmente, para comprar el material necesario que cerque las huertas y protegerlas de los animales.
Sin duda que aquella eucaristía fue un verdadero encuentro con Dios, que quiere que todos sus hijos vivan dignamente, al que se le conmueven las entrañas por quienes sufren desnutrición. La puerta es estrecha para aquella comunidad, al contrario, el derroche de otros muchos es un espacioso camino que lleva a la perdición, a no realizarnos como seres humanos, simplemente porque nos desentendemos o no estamos lo suficientemente atentos al sufrimiento de nuestros semejantes. Esta sociedad consumista no nos lo pone fácil.

Aquella mañana, en aquella misa, con el cielo despejado, con un enorme baobab en la puerta de la capilla, procuré estar atento a todo lo que se decía y me sentí llamado por Dios a formar parte de ese proyecto de la sociedad de misiones africanas, aunque, como me dijo Isidro, ya estoy presente desde el principio en esta tarea de hacernos presentes entre los más pobres, parafraseando al filósofo personalista Emmanuel Munier, y de hacernos cargo de su realidad, como hizo Jesús, que cargó con nuestros sufrimientos y con sus heridas nos sanó.
Que tengáis buena semana y que Dios abra nuestros oídos a lo que nos quiera decir la gente más sencilla, a voces como la de aquella madre que tenía muy claro cuál era su puerta estrecha.
¿Y para vosotros?, ¿y para mí?, ¿y para este occidente nuestro?, ¿cual es esa puerta estrecha?, ¿la identificamos?, ¿pensamos acaso en ella?, ¿nos lleva a tomarnos en serio el evangelio de Jesucristo? Porque de la puerta ancha, amplia y espaciosa, consciente o inconscientemente, quizá sepamos demasiado, y la publicidad por todos sus canales no deja de recordarnos cansinamente una felicidad inmediata que no es más que humo y frustración.
Un abrazo grande y fraterno,
Paco Bautista, sma. Vélez de Benaudalla 3/10/2016.
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(1) Exégesis: comentario e interpretación de un texto o pasaje de la “sagrada escritura”
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